domingo, noviembre 22, 2009

Y de pronto...

Consigo un trabajo. Termino dentro de poco la universidad, los proyectos se enredan como queriendo brotar, me nombran coordinador. Ocupo mi tiempo en intereses sembrados. La curiosidad ha vuelto a elevarse. Dentro de cinco días (malditos finales) leeré los libros que me plazcan y las películas que quedaron postergadas. Asoma la sospecha de saber que estoy en buen camino, las cosas me sonríen, los días ya no son tan inútiles. Ganas de seguir, de devolver la confianza prestada, de jugar, querer, amar, vivir… y de pronto recibo noticias de ella.

domingo, noviembre 08, 2009

Mis clases...

Las politonales jarinas taladran las patitas de la araña cerebral. Inmiscuidizas, tratan de elevar, hasta levitar, las incipientes transiciones por donde se canaliza una frontera invariable del arte. Es así que -vence otra vez, a veces es galopable; otras, esquiva de las manos: la palabra- la genialidad duerme con la primariosa y venerable locura que se agazapa bajo el manto de una normalidad. Manos vacías, Adán. Desayunados. Las tácticas no me funcionan, Mario. Perdón por salvarme, otra vez Mario. Personificación ingrata de algo detestable. Bruja castradora de la desobediencia.