miércoles, mayo 07, 2008

Wilde, más vivo que nunca

En la sección de libros de un supermercado se acerca lentamente un cuerpo tendido al sol: adornado de pecas que invitan al deseo, ojos de laguna provinciana dormida al tiempo, popa pomposa de negra africana, proa cerril cubierto de collares, melena desbordante que galopa al viento y, sin la presunción que le otorgo: mujer crecida de exquisiteces terrenales.
Y viene, se acerca, recorre una mirada desdeñosa sobre los libros que ojeo y sigue…
Se va, y busca perdidamente un objeto, tal vez un libro nuevo, pienso. Repasa la mirada en revistas, encuentra una, coge, lo lleva: Vanidades.
Triste y desilusionado llega como un silbido lejano aquella frase de Oscar Wilde: “Bellas criaturas descerebradas”.