martes, mayo 05, 2009

Homo Videns, la nueva especie.

“La televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del Homo Sapiens”.
Asi de letal, Giovanni Sartori trata de despertar nuestros sentidos adormecidos por la letanía de los programas de televisión.
La tesis del libro es la idea que encierra el aletargamiento de ver imágenes que nos otorga el tele-ver y la disminución a velocidades fantasmales de nuestra capacidad de abstracción a través de los símbolos.

Sartori postula una idea históricamente sencilla: antes de ser animales razonables, somos, a través del extenso camino de Hominización, animales simbólicos capaces de despertar nuestra amodarrada imaginación. Porque nos movemos no debido a nuestra reflexión y criterio ante circunstancias desfavorables, sino mediante esa emotividad que encierra todos los sentimientos de un carácter.
La televisión degenera, es cierto, pero – otra cosa para acotar – la caja boba es la primera maestra para ese párvulo niño que se queda prendido ante miles de imágenes por segundo.

A mediados del siglo pasado, ante el nacimiento de una nueva forma de comunicación, el pensamiento colectivo apuntaba a que ésta sería un progreso – en la forma virtuosa de la palabra –.
Sin embargo, a través de esta caja, vemos desfilar el mundo con chispazos de noticias curiosas – madre pare quintillizos en tal país, Fidel tropezó por las escaleras, Paris Hilton es ninfómana, choque espectacular y múltiple por lluvias, etc – antes que las cosas que de veras nos debe concernir a todos. Sartori lo resume de la siguiente manera: “Saber de política es importante aunque a muchos no les importe, porque la política condiciona nuestra vida y nuestra convivencia”.

El punto más neurálgico del libro, "Homo Videns, la sociedad teledirigida", es al establecer la relación de la Política con este medio que, en sus inicios, todos festejaban como el mejor avance tecnológico, descreyendo en lo que ahora se ha convertido: un revoltijo de naderías y programas efímeros. La televisión es el peor medio para cubrir una noticia ya que si no está cargada de imágenes de acuerdo a lo que el periodista locuta, es una noticia sin “peso”.

Una de las aberraciones que nos procura la caja boba es el bombardeo de sondeos inncesarios que, de una forma masificada, va creando lo que es la Opinión Pública. Ese gusto de la televisión por preguntar por tal o cual candidato a personas desprevenidas que sueltan sandeces como respuestas es la que va creando una opinión que, al parecer, es de alguien que no supo qué responder y por tanto se refleja en la multiplicación de la ignorancia.

Sin embargo, y siempre sin caer en la desgracia de la desesperanza, aún podemos lograr el ensimismamiento y la abstracción que nos procura una buena lectura, aún nos queda ese instinto de guiarnos por nuestras alucinaciones que despertaron una gran novela, un cuento monumental o la poesía de saber que somos la especie de una cultura hecha de palabras y sonidos.

Resumiríamos esto con las propias palabras de Sartori: "Pero aunque no desespero, tampoco quiero ocultar que el regreso de la incapacidad de pensar (el postpensamiento) al pensamiento es todo cuesta arriba. Y este regreso no tendrá lugar si no sabemos defender a ultranza la lectura, el libro y, en una palabra, la cultura escrita".